jueves, 18 de abril de 2013

"Un Perro Andaluz" de los cortometrajes más famosos de la historia


Redacción: Multifest
@micmultifest

Probablemente uno de los cortometrajes más famosos de la historia sea Un perro andaluz, escrito y dirigido por dos jóvenes que apenas comenzaban a caminar en el mundo del cine y el surrealismo: Luis Buñuel y Salvador Dalí.

El film empieza con un hombre afilando una navaja de afeitar y tras asomarse al balcón observa como una nubes pasan sobre la luna llena, mientras que se intercalan imágenes de una mujer a la que le es seccionado el ojo en un primerísimo plano y con todo lujo de detalles.

El rodaje de "Un perro andaluz" tuvo lugar en la primera quincena de abril de 1929 y, antes de su estreno al público, fue proyectado a una audiencia privada convocada por el fotógrafo estadounidense Man Ray (1890-1976). Tras la aprobación de los surrealistas presentes, se estrenó dos meses después en la sala Studio des Ursulines junto al film "Les mystères du château du dé" (Los misterios del castillo de dados) escrita y dirigida por Man Ray.

Buñuel dijo: "Es un film de éxito, la mayoría de los espectadores pensará eso. Pero qué puedo hacer yo contra los fervientes de toda novedad, aunque ésta ultraje sus más profundas convicciones; contra una prensa vendida o insincera, contra esa multitud imbécil que encuentra bello o poético aquello que, en el fondo, no es más que un desesperado, un apasionado llamamiento al crimen". Y añadió: "Es un cortometraje de dos rollos en el que no hay ni perros ni andaluces. Responde a los códigos del Surrealismo, aquellos del automatismo psíquico que es capaz de devolver a la mente su función real fuera de todo control ejercido por la razón, la moral o la estética, de manera que, habiéndonos servido de personajes aparentemente realistas, las funciones de sus protagonistas están animadas por impulsos cuyas fuentes principales se confunden con las irracionales, las cuales son, por su parte, las de la poesía".

En cuanto a la actriz francesa que interpretó este escalofriante papel se llamaba Simone Mareuil quien contaba con apenas 26 años en el momento del rodaje pero que ya había actuado en una veintena de films entre 1924 y 1940. El ojo que finalmente se corta pertenecía a una vaca muerta. 

El final de Simone en la vida real fue tan escalofriante como la película. Pese a su gran proyección cinematográfica, la Segunda Guerra Mundial frenó su carrera lo que la hizo caer en una profunda depresión que la llevó a suicidarse en una plaza pública de Périgueux (su ciudad natal). Para ello se rocio con gasolina y se prendió fuego a la vista de todos.

En 1976 David Bowie proyectó esta película para abrir sus conciertos y Alfred Hitchcock incluyó en “Recuerda” una escena creada por Dalí en la que se homenajea la del ojo cortado, donde unas tijeras gigantes cortaban un ojo pintado en una cortina.


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